Estás profundamente dormida.
He andado haciendo ruido a tu alrededor pero no he logrado perturbar tu
sueño. Menos mal.
Ahora que me acerco a tu lado y susurro en tus oídos empiezas a moverte.
Mágicamente te atrae la dulzura del tono de mi voz. Más allá de la frontera
de los sueños.
Fernando Sar