Querido suicida: Sentite en la plena libertad de disponer de tu vida como mas te plasca. Solo te pido que te asegures de no lastimar al que te encuentre. Pensa en la imagen del segundo después. Seguro ya sabés que todos los suicidas a último momento se arrepienten. Pienso que ante la inminente extinción de su vida, logran ver otra salida al problema. Al fin y al cabo, el problema casi siempre se trata de la visión parcial que genera nuestro cerebro, por la cual se nos ocultan muchas salidas felices. Lo grave es no existir, lo demás es negociable. Te deseo lo mejor. Que tu atormentada conciencia encuentre el destello salvador, a tiempo.
Fernando Sar